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@ 2022 José Víctor Segura
Mi primer acercamiento a la cultura oriental fue a la edad de doce años, cuando decidí iniciarme en la práctica de las artes marciales japonesas. Después de convencer a mis padres, logré inscribirme en un pequeño gimnasio de un barrio cercano. Aquello, lejos de ser un capricho de niño, como otros tantos que tuve y tendré, llegó a convertirse en una pasión y más tarde, en una manera de ganarme la vida durante años. Todavía guardo el recuerdo de aquella etapa como la mejor que he vivido hasta ahora. Aquel aprendizaje, aquella disciplina, comenzaron a suscitar en mí cierta curiosidad por Japón.
Años más tarde, una película avivó aquella curiosidad por la imagen de un pueblo que ya había idealizado. La fotografía del metraje, el tratamiento de la luz, los sonidos y la situación emocional de la pareja protagonista frente a esos escenarios, lograron que mis ganas de conocer el país nipón fueran tomando forma.
Pienso que un viaje comienza cuando decides que lo vas a realizar y acaba cuando dejamos de latir. Mi viaje a Japón fue muy corto pero ‘mi viaje real’ empezó cuando decidí ir allí, justo un año antes… o quizás años atrás, en aquellos sueños de adolescente que nunca voy a olvidar.
j.v.s.